Con el aumento de la esperanza de vida y los avances de la medicina, la mortalidad infantil y juvenil ha disminuido considerablemente, de tal forma que los accidentes se han convertido en la primera causa de mortalidad entre la población de uno a catorce años. Constantemente escuchamos o vemos noticias de jóvenes muertos o heridos en accidentes de tráfico, ahogados en pantanos, lesionados por diferentes tipos de caídas… En estas edades hay más muertes por lesiones que por la suma de todas las demás enfermedades infantiles. Sin embargo, está demostrado que, si se tomaran las medidas preventivas oportunas, la mayor parte de estos accidentes podrían evitarse.

Nuestros alumnos y alumnas son un grupo de riesgo propenso a los accidentes por varios motivos: la hiperactividad propia de su edad, debida al desajuste hormonal, el gusto por desafiar las normas y buscar los límites ya sea para autoafirmarse o probar ante los demás su valía, o la curiosidad, que en ocasiones conlleva meterse de lleno en situaciones peligrosas, consumir drogas, conducción temeraria, etc. A menudo los adolescentes no proveen las consecuencias de sus acciones, ello ocasiona que su sentido del peligro sea distorsionado y asuman riesgos innecesarios. Por otro lado, el hecho de realizar ejercicio físico conlleva un riesgo inherente derivado del movimiento y por la exigencia de la competición de buscar el máximo, de forzar los movimientos, de entrenar demasiado, etc. En el campo de la actividad física proliferan los deportes de aventura y de riesgo, que cada vez son más practicados, lo que unido al espíritu competitivo exagerado provoca accidentes y lesiones.

De todos los accidentes infantiles, el 15% ocurren en centros escolares. El centro escolar es el espacio donde niños y niñas pasan una gran parte de su tiempo y donde además realizan actividades, como determinados juegos y deportes, que implican riesgos añadidos a los habituales.

Ante esta situación y estos datos, los primeros auxilios son las medidas que se toman inicialmente en un accidente, dónde ha ocurrido, hasta que aparece la ayuda sanitaria, son actividades fundamentales ante una urgencia.

La prevención de accidentes en el centro escolar implica la asunción de su papel como entorno promotor de salud; por ello su tarea debe ser la de poner en marcha todas las medidas de protección posibles para lograr un entorno seguro.

Nos preguntamos si los maestros y profesores tienen la formación necesaria para actuar ante un accidente.