¿Te has parado a pensar qué clase de educación afectivo sexual le das a tus hijos? Si es que les das, es decir, si es que en casa tratáis el tema. Imaginemos que no lo hacemos, ¿Te has parado a pensar qué clase de educación afectivo sexual recibe tu hijo en el entorno escolar? Si es que la recibe. ¿Te has parado a pensar si la información que recibe es la adecuada? ¿Dejas su aprendizaje de la mano de Internet o de cualquier otro circuito informal?

Por vergüenza, por timidez, por indecisión… hay muchos motivos, de origen cultural y social, que actúan como barrera entre padres e hijos y provocan que en casa no se hable de sexo. O incluso que sea un tema tabú.

Cuando trabajamos con jóvenes, muchos nos comentan que en casa no hablan “de estos temas” con sus padres y a menudo comprobamos la gran desinformación que tienen, a pesar de que en teoría tienen muchas fuentes de información cercanas. Si en otros temas no volvemos la casa hacia otro lado, ¿por qué lo hacemos cuando se trata de temas sexuales y afectivos? ¿No es mejor ofrecer una información contrastada, fiable y desde la confianza?

Desde ORIENS llevamos a cabo un taller sobre educación afectivo sexual: Del dicho al hecho. Y cada vez que lo realizamos, descubrimos la desinformación y la confusión entre los jóvenes. Pero, sobre todo, lo que más nos llama la atención son sus ganas de saber y su curiosidad. Estos talleres son necesarios, estamos convencidos de ello. Pero también creemos que es fundamental que las familias se impliquen, observamos a diario noticias y situaciones que nos hacen replantearnos la manera en la que se educan a chicos y chicas para desarrollar una vida sexual sana y respetuosa. No podemos permitir que el porno que encuentran en internet siga siendo la guía que tengan. Si dejamos que estos canales sean los que eduquen a nuestros hijos, estamos permitiendo que crean que la prostitución es una vía normal de aprendizaje o de intercambio sexual y  que no sepan desarrollar relaciones interpersonales. Algunos estudios, incluso, destacan el aumento de las violaciones en grupo. No nos debe sorprender si tenemos en cuenta que “el vídeo pornográfico más visto en la actualidad en internet escenifica «una violación en grupo muy violenta». ¿Es este el modelo que queremos que nuestros hijos sigan? Algo (o mucho) no debemos estar haciendo bien cuando nos estamos acostumbrando a leer en los diarios y ver en las noticias continuos casos de violaciones grupales, en algunos casos incluso entre menores de edad. Pero lo que es peor, algo no debe andar bien en nuestra sociedad cuando hasta los jueces tienen dificultad para identificar una violación y para ponerle nombre a estos horrores.

Como siempre decimos, todos somos responsables y agentes activos de la educación de nuestros niños y jóvenes. En este tema no somos menos corresponsables… debemos concienciarnos y desterrar esas noticias de nuestro entorno, pero eso solo se hace con mucha educación. Por nuestra parte, seguiremos luchando y trabajando para un cambio social.