Mediación escolar
El conflicto no es bueno, ni malo, el conflicto está presente en cualquier situación social en la que se comparten espacios, actividades, normas, relaciones, etc.
Educar desde el conflicto es enseñar a los niños y niñas a gestionar el conflicto y educar desde la mediación significa enseñar a buscar estrategias para resolver de forma pacífica cualquier conflicto o situación. Se trata de una experiencia de aprendizaje muy potente para quienes participan, ya que conecta a las personas, se trabaja la empatía y el respeto hacia el otro, se promueven instrumentos para ofrecer alternativas a la disputa.
La mediación es una herramienta para resolver los problemas que surgen en las aulas entre el alumnado, aunque también se puede enfocar para los conflictos entre profesorado y alumnado.
Desde ORIENS trabajamos en la creación de grupos de mediadores escolares, formando y acompañando al alumnado. Al finalizar la formación, los mediadores habrán potenciado la escucha activa, la empatía, la autoestima o el respeto y la tolerancia.
Las personas mediadoras aprenden que no se trata de un juicio en el que hay que buscar a un culpable, sino que su papel consiste en posibilitar que quienes están implicados encuentren una solución al problema que tienen. Se trata de aprender a no culpabilizar, a comprender a todas las partes y saber encontrar soluciones conciliadoras y que puedan satisfacer a ambas partes.
La mediación presenta una serie de ventajas, entre las que destacan (http://www.fundacionmediara.es/index.php/mediacion/mediacion-educativaescolar)
- El alumnado aprende que, de forma pacífica y mediante el diálogo, se pueden resolver los problemas;
- Se trabajan valores como la participación, el respeto, la comunicación, entre otros muchos.
- Alumnas y alumnos también reflexionan sobre su conducta, observan sus emociones y las del resto;
- Contribuye a ir eliminando las relaciones de dominio y de sumisión entre sí.
La aplicación de la mediación educativa en el entorno escolar tiene repercusiones inmediatas, tales como:
- Crea en el centro un ambiente más relajado y productivo.
- Contribuye a desarrollar actitudes de interés y respeto por el resto.
- Ayuda a reconocer y valorar los sentimientos, intereses, necesidades y valores propios y del resto.
- Aumenta el desarrollo de actitudes cooperativas en el tratamiento de los conflictos al buscar conjuntamente soluciones satisfactorias para las partes.
- Aumenta la capacidad de resolución de conflictos de forma no violenta.
- Contribuye a desarrollar la capacidad de diálogo y a la mejora de las habilidades comunicativas, sobre todo la escucha activa.
- Favorece la autorregulación a través de la búsqueda de soluciones autónomas y negociadas.
- Disminuye el número de conflictos y, por tanto, el tiempo dedicado a resolverlos.
- Ayuda a la resolución de disputas de forma más rápida y menos costosa.
- Se reduce el número de sanciones y expulsiones.
- Disminuye la intervención de personas adultas, que es sustituida por la de alumnos y/o alumnas o por los propios disputantes.
Promover desde el ámbito escolar este tipo de programas significa invertir en ciudadanos críticos, demócratas y reflexivos.