Deberes sí, deberes no. La eterna controversia. Que no lo es tanto, porque se trata de un modo muy naif de simplificar esta herramienta pedagógica. Se trata sin duda de un tema apasionante sobre el que podríamos hablar largo y tendido. Pero en esta ocasión queremos centrarnos en otro apartado: los deberes para verano.

Existen defensores y detractores. Y detrás están las grandes editoriales y sus cuadernillos de verano (https://cincodias.elpais.com/cincodias/2014/07/15/sentidos/1405448037_556931.html) , que suponen una cuota de mercado importante.

No entendemos este interés por parte de educadores, docentes y padres de repasar en verano, “torturar” a los niños y niñas haciendo sumas, divisiones, separando sujeto y predicado… La formación y preparación académica de los niños y niñas no es proporcional al número de cuadernillos que hagamos en verano. A menudo, escuchamos argumentos como “es que el verano es muy largo y se aburren”, “es para repasar un poco porque el año que viene no se van a acordar de nada”. A esto contestamos de la siguiente manera: ¿qué el verano es muy largo? ¡qué suerte tienen!; ¿qué se aburren? ¡cuánto aprendizaje puede haber detrás del aburrimiento de un niño! ¡potenciemos la creatividad!; ¿qué pasa si no se acuerdan de cosas que van a estar repitiendo año tras año? ¿es un problema?

deberes

Por eso, cuando hace días leímos esta noticia( https://www.lavanguardia.com/vida/20180627/45433734973/curiosos-deberes-verano-profesor-manda-alumnos.html ) , que recoge un mensaje que se ha hecho viral en las redes sobre un maestro y su lista de deberes para el verano, nos alegramos mucho. Ha tenido mucho impacto y se ha viralizado rápidamente, en ella se recogen una serie de tareas para realizar en verano. No es ni más ni menos que un recetario para que los niños disfruten del verano, de los amigos, de la naturaleza y una llamada de atención para que padres e hijos disfruten del tiempo libre.

Desde ORIENS, también queremos aportar nuestro granito de arena y daros algunas ideas para los “deberes de verano”:

  1. Si queremos que mejoren sus competencias lectoras, pues no obliguemos a leer textos de esos aburridos libros de verano. Hagamos una excursión a la biblioteca del pueblo en el que veraneamos, o una de nuestra ciudad y curioseemos por las estanterías para después elegir y llevarnos a casa los que más nos han interesado.
  2. Si queremos ampliar nuestros conocimientos en ciencias naturales: vayamos de excursión al campo, a la playa, al zoo, al acuario… tenemos muchas opciones.
  3. Si queremos reforzar lo que hemos estudiado en ciencias sociales: ¡vayamos de visita al museo!
  4. Y, sobre todo, pasémoslo bien consumiendo cultura: vayamos a ver una obra de teatro, a un concierto, a visitar una exposición… hay muchas opciones para disfrutar del tiempo libre.
  5. Disfrutemos del tiempo libre y fomentemos la comunicación y la confianza. Sembremos para el futuro una relación basada en la franqueza y la sinceridad.

No simplifiquemos el proceso de educación y de evolución en simples procesos algebraicos, en tareas repetitivas y en la memorización de nombres y datos… empujemos a nuestros niños y niñas a ser ciudadanos reflexivos, seguros de sí mismos, comunicativos, activos y démosles una red de confianza sobre la que construir su personalidad.