La semana pasada recibíamos esta noticia sobre el suicidio de un joven de 16 años con estupor. Queremos ser prudentes porque se trata de un caso que está aún bajo investigación policial, aunque ya hay un detenido al respecto y también una nota que el joven dejó escrita a su familia.

Como ya hemos dicho, no queremos entrar en detalles concretos de este caso ni señalar a responsables hasta que la investigación concluya, porque sería muy injusto y poco profesional. Pero si queremos reflexionar sobre las medias de control y protocolos, porque fallamos todos. Fallan las administraciones, los profesionales, los sistemas… todos debemos hacer autocrítica cuando un chico de tan solo 16 años se quita la vida, ya sea porque efectivamente sufría acoso escolar o porque no fue capaz de adaptarse a su grupo de iguales y no fuimos capaces de ayudarle a que se integrara.

En otras ocasiones ya hemos hablado de nuestro programa de prevención de conductas intolerantes Para, Piensa, Actúa. Al leer noticias como la de esta semana, somo aún más conscientes de que talleres como estos son un grano de arena, que el trabajo que hay por delante es ingente y que el impulso debe venir de la Administración Pública, pero que todos somos responsables y debemos de dar ejemplo a los más pequeños, dar ejemplo siendo solidarios, tratando con respeto a los “otros” y  teniendo empatía con los más débiles y las personas que están en situaciones de vulnerabilidad. Entre todos podemos hacer un mundo más justo, creando cambio y conciencia social.
Para, Piensa, Actúa
(Prevención acoso escolar y conductas intolerantes)