Mañana arranca el curso escolar en Andalucía, las niñas y niños de segundo ciclo de Educación Infantil y Primaria volverán a las aulas después de unos meses diferentes.  

Es evidente que se trata de una vuelta al cole muy particular en unas circunstancias muy excepcionales.  El inicio del cole es siempre un momento crítico en la vida de los niños, bien sea porque están deseando volver y retomar la rutina o, por el contrario, porque es la primera vez. Normal y desgraciadamente, no se suele tener en cuenta el acompañamiento afectivo de las niñas y niños, pero mucho nos tenemos que en este año menos aún, sobre todo si tenemos en cuenta que han sido los grandes olvidados.  

Estamos ante una vuelta anti infancia, ya que las medidas de seguridad pasan por decirles a las niñas y niños que no se pueden tocar, que no se pueden abrazar, que no pueden compartir, que tienen que tener una mascarilla todo el día puesta, que no pueden relacionarse con niños de otros grupos… es muy grave todo esto y creo que no estamos pensando en las consecuencias a medio y largo plazo. Nadie ha planteado o al menos no tenemos constancia, de un plan de contingencia ante todo esto, sino que pretendemos que lo asuman como nueva normalidad igual que hemos hecho los adultos. ¿De verdad queremos que  nuestras hijas e hijos crezcan pensando que no es bueno tocarse, relacionarse con sus compañeros…? Quizás habría sido mejor buscar otras opciones centradas en proteger a la infancia y no desde el punto de vista del adulto.  

Marisa Moya, directora de la Escuela Infantil Gran Vía y referente en la disciplina positiva, es coautora de una Guía de acogida emocional en espacios educativos. Podemos encontrar recursos destinados a profesionales y a familias.   

Sin entrar en cuestiones sobre las distintas acciones reivindicativas que muchas familias van a llevar a cabo como protesta por las medidas que se han adoptado, nos gustaría compartir una serie de medidas para acompañar, sostener y facilitar la vuelta al cole. 

En primer lugar, es importante cambiar nuestro discurso, ya que las niñas y niños interpretan nuestros mensajes y los transforman, si nos escuchan todos los días hablar de infectados, muertos, tragedias… vamos a preocuparlos y no a ocuparlos, se trata de prevenir, pero nunca de asustar. Nuestro mensaje debe ser el de hay que seguir ciertas medidas, pero transmitiendo seguridad y no asustándolos. Podemos utilizar mensajes positivos relacionados con la vuelta al cole, por ejemplo, recordarles que van a reencontrarse con compañeras y compañeros, con la maestra o el maestro, que este año vamos a aprender muchas cosas muy chulas… mostrándoles seguridad y confianzaTambién podéis utilizar tablas de conciencia emocional para ayudar a nombrar e identificar emociones y poner nombre a cómo se sienten. Mañana cuando salgan del primer día, aprovechad para interesaros y preguntarles cómo se sienten, cómo ha ido el día y fortalecer la conexión y la comunicación, dejad el móvil a un lado y prestad atención real para escuchar su experiencia, saber cómo ha ido el día, cómo lo han vivido, si se han estresado, si se han sentido agobiados… no le restéis importancia a sus emociones, cambiad el “no pasa nada” por “¿y cómo te sientes en esta situación?”, después lo validamos “te entiendo perfectamente, yo a veces también me siento así”. 

No olvidemos que la escuela es un universo más allá de un espacio en el que se imparten contenidos académicos que, por cierto, ahora mismo es lo menos relevante, la escuela puede ser un espacio para aprender a ser, aprender a aprender y aprender a hacer. Aprovechemos esta oportunidad para reflexionar sobre la escuela que queremos y sobre la educación que queremos para nuestras niñas y niños. 

“Podemos aprender de los entornos, podemos imaginar entornos diferentes y podemos hacer que esos entornos se conviertan en realidad” (Alinson Gopnik).