Los 20 de noviembre se celebra el Día universal del Niño, con el objetivo de celebrar los derechos de la infancia y concienciar de la importancia de seguir trabajando por su bienestar. Nos sorprende que se tenga que recordar constantemente, que los niños como ciudadanos que son, tienen derechos y que además hay que protegerlos por su vulnerabilidad.

La infancia: etapa vital menos respetada

Si nos paramos a pensar y a reflexionar sobre el tratamiento de las sociedades hacia la infancia, podemos comprobar que ha sido terrible, de hecho, en gran medida lo sigue siendo. La infancia ha sido un colectivo muy mal tratado desde siempre, la creencia de que los niños son una propiedad de los padres y que ellos podían hacer lo que consideraran conveniente, ha existido durante mucho tiempo y aún hay por ahí quien lo cree. ¿Quién no ha escuchado eso de “que  me van a multar a mí por darle un cachete a mi hijo”? O, “toda la vida se le ha dado un cate a los niños y no ha pasado nada” y seguro que podríamos continuar.

Nos parece normal que si tenemos un conflicto en la calle con otro ciudadano y nos agrede llamemos inmediatamente a la policía, pero que si agredimos a un niño (aunque solo sea bajo la excusa de que lo estamos educando) no se avise a las autoridades, más aún cuando un niño se encuentra en una situación de desventaja.

Podríamos hacer un símil con la violencia machista hacia las mujeres, pero se ha avanzado bastante y al menos a nadie se le ocurre cuestionar qué no es admisible (además de un delito). Incluso, a los animales, hay un rechazo social hacia las personas que maltratan a los animales, independientemente de que sea más o menos “animalista”.

Creencias sociales que justifican la violencia

Volvamos a los niños, sigue habiendo una dificultad para trasmitir el mensaje de que a los niños hay que respetarlos, incluso más que a cualquier adulto por ser estar más indefenso. Si no nos parece bien gritarle a un compañero de trabajo cuando no entiende algo que le estamos explicando o cuando se ha equivocado, ¿cómo nos puede parecer bien gritarle a un niño por lo que sea?

Diferencias mundiales

Por otro lado, no podemos olvidarnos de los niños y niñas que nacen en países pobres. Hay muchos puntos en el planeta en los que la infancia es maltratada, se abusa de los niños, no se les permite estudiar, no tienen acceso a una sanidad básica, etc.

“Cuando hablamos del estado actual de la infancia en el mundo, debemos partir de un hecho objetivo: los niños del tercer mundo tienen menos opciones de desarrollo individual y profesional por el solo hecho de haber nacido en contextos marcados por la pobreza, la desigualdad, la exclusión o las guerras”. Acnur

Cómo actuar si presenciamos abuso a niños

Tenemos un gran trabajo de concienciación, porque desgraciadamente existe la creencia de que no podemos “meternos” en la educación de los padres, lo que tiene mucho sentido, pero cuando bajo esa supuesta educación se maltrata a un niño, tenemos la obligación moral y legal de actuar, como testigos, igual que  haríamos si presenciamos una agresión entre adulto.

Como ya hemos dicho, está instaurada esa idea de que una bofetada o un insulto son herramientas educativas que cualquier padre puede usar y que no podemos ni debemos entrometernos. Pero no es así.

Cuando estamos hablando de maltrato, no nos referimos a palizas, ya que en ese caso, sin duda, casi todo el mundo actuaría avisando a la policía. Nos referimos a esas escenas en las que vemos que le dan un azote, los arrastran del brazo, les insultan o amenazan.

Si intervenimos bruscamente, como igual nos saldría en un caso de violencia machista, es probable que al final la situación se complique mucho. Podemos intentar un acercamiento, podemos preguntar si están bien, si ha pasado algo. De esta manera, inicialmente, detenemos la agresión. Si la respuesta es muy agresiva, que probablemente no lo sea, salvo casos extremos, debemos y tenemos que avisar a la policía.

Si se trata de casos cercanos (vecinos, compañeros, familiares…) podemos hacer una denuncia anónima a servicios sociales para que hagan seguimiento, ellos podrán ponerse también en contacto con el profesorado u otros agentes para valorar cada caso e intervenir si fuera necesario.

La Isla de los Derechos

Sin duda alguna, la mejor forma es la formación, la información y la prevención. Desde ORIENS trabajamos la difusión de los Derechos de la infancia, mediante un taller de diseño propio La Isla de los Derechos. Se trata de un taller para conocer los principales derechos de la infancia y juventud y educar en el respeto, la igualdad y la solidaridad.

Difundir la declaración de los Derechos de la Infancia supone un pilar fundamental para construir una sociedad tolerante, consideramos muy importante que los propios niños y niñas conozcan sus derechos y las violaciones de estos que muchos niños sufren en muchos puntos del planeta.