Comunidad B
En febrero de 2017 conocimos la Comunidad BCorp y lo que significa ser la mejor empresa para el mundo. ¿Habíamos oído bien? Sí, para el mundo y no del mundo. Esa preposición nos gustaba. No se trataba de competir sino de mejorar, de ofrecer una alternativa.
A partir de ese momento, nuestras vidas cambiaron. Acabábamos de conocer una comunidad con la que compartíamos intereses y motivaciones: “el fin de construir una mejor sociedad, en la que las empresas se conviertan en una fuerza regeneradora para la sociedad y para el planeta”.
En abril de 2017 realizamos por primera vez la evaluación de impacto de nuestra organización. Si no lo habíamos entendido mal, si obteníamos más de 80 puntos era posible que pudiéramos superar el umbral necesario para comenzar nuestra certificación… y así fue, para nuestra sorpresa conseguíamos casi 100 puntos en una primera evaluación.
Tras valorar este resultado, nos dijimos ¿y por qué no intentarlo? Y ese fue el inicio de un camino que aún hoy seguimos recorriendo y que nos permite crecer. En junio de ese mismo año conseguíamos formar parte de la comunidad BCorp, al superar la evaluación y conseguir una puntuación final de 92.2. La puntuación en sí no es lo importante, sino identificar cómo podemos mejorar y seguir avanzando. También nos convertíamos en la primera cooperativa andaluza y la primera empresa de nuestro sector en España en formar parte de la comunidad BCorp.
¿Qué significa para nosotros pertenecer al movimiento BCorp? Parafraseándonos a nosotros mismos: “Que se reconozca nuestra creencia en una economía basada en las personas y no el capital, donde el motor y la fuerza vengan del trabajo y del esfuerzo de los miembros de nuestra organización. Lo que importa son las personas, que desarrollan un trabajo, muchas veces muy ingrato y poco reconocido, para desarrollar sus carreras de una manera profesional y en condiciones justa, respetando siempre el entorno, el medio ambiente y a los beneficiarios de nuestro trabajo. Las empresas y las organizaciones privadas tienen y deben tener un papel en el desarrollo y economía del entorno, pero desde una perspectiva social y no económica, donde prime el impacto social y no los beneficios económicos”. De esta manera lo explicábamos en nuestra aportación campaña BCorp Month de febrero de 2018
Nuestro último paso ha sido en este mes de abril, en el que hemos repetido nuestra evaluación y que esperamos haber superado y mejorado para certificar nuestro compromiso con un mundo más sostenible, más justo para todos y en el que los derechos humanos sean el centro y el marco fundamental de la actividad económica.
El sello es una excusa, es un motivo para pararse a reflexionar sobre las prácticas de una organización, un modo de pertenecer a un movimiento y sentir que no caminas solo, que hay más personas en el mundo con la que compartimos la visión y la esperanza de que un mundo mejor es posible. Justo ahora, en este momento histórico en el que vivimos, en el que todo el mundo habla de pensar de nuevo nuestro modo de vida y buscar nuevos enfoques, justo en este momento… os animamos a observar los ejemplos de los que ya venían manifestando y practicando otros paradigmas.