Obesidad infantil

La obesidad: una emergencia sanitaria 

Uno de cada tres niños tiene problemas de sobrepeso en España. Los datos son contundentes y nada esperanzadores.  

Los países mediterráneos son los que tienen una mayor proporción de niños y niñas obesos en Europa, según un estudio que la Iniciativa Europea de Vigilancia de la Obesidad Infantil de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado esta semana. Italia, Chipre, España, Grecia, Malta y San Marino, se sitúan a la cabeza del continente, con un porcentaje de obesidad entre los niños de entre un 18% y un 21% y entre un 9% y un 19% en el caso de las niñas. En el otro extremo, los países con menos obesidad infantil son Francia, Noruega, Irlanda, Letonia y Dinamarca, donde la prevalencia no alcanza el 10%” (Fuente: https://www.lavanguardia.com/ciencia/cuerpo-humano/20180524/443804037514/obesidad-infantil-espana-europa-paises-mediterraneos.html) 

¿Qué está pasando? Entendemos que analizar estos datos requiere de un enfoque multifactorial, pero de manera general podemos pensar en tres causas básicas: 

  • Malos hábitos alimenticios 
  • Sedentarismo 
  • Consumo en exceso de productos procesados y con azúcares 

Analicemos cada una de ellas. ¿A qué nos referimos con malos hábitos alimenticios? A menudo observamos que los más pequeños acuden al colegio sin haber desayunado, cuando debe ser una de las comidas más fuertes del día. En la dieta habitual no se incluyen las cantidades necesarias de frutas y verduras. El ritmo de vida de los padres conlleva a que los niños pasen mucho tiempo dentro de casa y el tiempo de ocio suele estar relacionado con actividades sedentarias (ver la tele, jugar a la videoconsola…). Finalmente, el uso descontrolado de alimentos procesados está a la orden del día. Os animamos a que hagáis un ejercicio práctico: abrir la nevera de vuestra casa y comprobéis que hay dentro. Pero no echando un simple vistazo, sino analizando las etiquetas. ¡Seguro que os sorprende¡Nos estamos envenenando! Nos falta cultura general sobre alimentación y consumo. No nos enseñan a leer lo que comemos y en la mayoría de los casos, aunque lo leamos, no entendemos. Los etiquetados suelen ser confusos y con un lenguaje excesivamente técnico para el gran público. 

Una alimentación equilibrada y actividad física son los elementos que más contribuyen a un estilo de vida sano. Por ello, es recomendable, que desde edad temprana se conozca el importante papel que tiene el tipo de alimentación y el deporte en el mantenimiento de la salud. 

Una de nuestras líneas de trabajo es la educación sociosanitaria. Aquí, hemos desarrollado un taller “Come sano, vive mejor” en el que trabajamos con niños y niñas sobre hábitos de vida saludable. Pero, como siempre decimos, nuestro trabajo queda limitado si al llegar a casa no hay una continuidad. De nada nos sirve que les expliquemos la pirámide alimenticia si en casa no tienen las dosis diarias recomendadas de frutas y verduras, si se abusan de los alimentos precocinados o el fin de semana, en lugar de ir al campo o al parque a jugar y movernos un poco, vamos a un restaurante de comida rápida.  

Entendemos que el ritmo de vida no nos ayuda, pero aquí os dejamos algunas ideas que os pueden ayudar para introducir algunos cambios y al mismo tiempo reforzar el vínculo con vuestros hijos: 

  • Planead conjuntamente las actividades del fin de semana. 
  • Incluid en esa planificación actividades al aire libre. 
  • Preparad un picnic saludable y participad todos en su diseño y en su elaboración. 
  • Diseñar conjuntamente el menú de la semana, o al menos una parte. 
  • Id a hacer la compra juntos, pero convertirlo en algo divertido y en un espacio común, no en una mera tarea monótona y aburrida. ¡Leed las etiquetas y animaos a “traducirlas”! 

Se pueden hacer muchas más cosas, tan solo queríamos dejaros algunas ideas o propuestas para que no veáis que según el enfoque que le demos no tiene porqué ser tan aburrido. Y, sobre todo, ¡pasadlo bien con vuestros peques!