Acoso escolar
Esta semana estamos reflexionando en torno a un tema que preocupa mucho a padres y profesionales: el acoso escolar.
Para ello, queremos proponeros una actividad, una reflexión:
- Cuando imponemos autoridad a un niño o niña, podría aprender que debe imponerse sobre otros para conseguir lo que quiere.
- Cuando castigamos a un niño o niña, haciendo que se sienta dolido y culpable, podría aprender a vengarse y hacer pagar a los demás por su malestar.
- Cuando chantajeamos a un niño o niña para que haga lo que queremos, podría aprender a manipular a las personas para conseguir sus propósitos.
- Cuando a un niño o niña le hacemos ver que «mandamos» por el simple hecho de «ser adultos», podría aprender que puede someter a los más débiles o pequeños.
- Cuando gritamos a un niño o niña por hacer algo mal, podría aprender que no tiene por qué trabajar su autocontrol si algo le molesta.
- Cuando pretendemos enseñar respeto a un niño o niña, faltándole al respeto, podría llegar a perder la confianza en los adultos.
- Cuando entrenamos a un niño o niña a que acepte la imposición del más fuerte, podría llegar a aprender que no debe defenderse ante un abuso…
Después de plantearnos estas cuestiones, nos surge una pregunta: ¿de dónde creéis que está el origen del bullying?
No nos hemos parado a pensar que el niño sin modelado, sin oportunidad de ejercitación, sin equivocarse, sin saber cómo se hace eso de… respetar, tolerar, escuchar, empatizar, no puede ser ni prudente, ni responsable, ni asertivo.
Suele ocurrir que los acosadores son etiquetados, juzgados y castigados, más temprano que tarde. Las víctimas, estigmatizadas también con etiquetas que posiblemente les hagan permanecer anclados y bloqueados.
Trabajar el acoso escolar requiere de una estrategia holística, en la que se incluya a las familias y a los profesionales y agentes educativos en contacto con los menores.
Cuando estamos ante un problema de acoso escolar son muchas las variables que hay que considerar. Para empezar, hay que remontarse a las relaciones de base que el niño o niña ha tenido la oportunidad de establecer en sus núcleos básicos de referencia, es decir, en el entorno familiar y en la escuela. Debemos cambiar la mirada y ver a los acosadores como víctimas de un sistema educativo irrespetuoso con la infancia, basado en los castigos, los premios y las amenazas. Esto no significa que no tengamos que proteger a las víctimas, sino entender que los acosadores son el resultado de estilos educativos sin valores y sin respeto. En ocasiones porque los padres repiten esquemas vividos y, otras, por falta de conocimiento, recursos, información…
Finalmente, nos gustaría que reflexionáramos como profesionales sobre nuestro papel en el acoso escolar. Como educadores tenemos que tomar conciencia de nuestra parte de responsabilidad y ser conscientes de que podemos poner nuestro granito de arena, creando ambientes en el aula de respeto y amor. ¿Te has parado a pensar si tus alumnos saben que te importan?
Una herramienta importante es la de la conexión antes que la corrección.
Conexión: validar emociones: Entiendo que te sientes frustrado y enfadado.
Corrección: Es válido sentirse así pero no es aceptable golpear a un compañero.
Conexión: Me importa lo que tengas que decirme.
Corrección: Vamos a buscar un lugar en el que sentarnos juntos y hacer una lluvia de idea para buscar una solución respetuosa para todas las parte.
Desde ORIENS desarrollamos un taller Para, piensa, actúa en el que trabajamos la prevención del acoso escolar con niños y niñas.