Ya os hemos contado en algunas ocasiones que nuestra organización nació en 2007 y que en estos trece años hemos recorrido un largo camino. En este camino nos han acompañado compañeras y compañeros, algunos han ido y venido durante estos años… y entre todos hemos construido un proyecto del que estamos muy orgullosos. 
Hoy queremos compartir una parte de nuestros inicios, en ese momento en el que teníamos ante nosotros una serie de figuras legales (sociedad limitada, civil, limitada laboral…) y entra todas optamos por una cooperativa. ¿Por qué? Sin muchos conocimientos de economía o leyes, lo que leíamos nos gustaba. Lo traducimos por un modelo democrático, en el que podíamos llevar a cabo nuestro objetivo: desarrollarnos profesionalmente bajo un paraguas que nos protegía, poder dedicarnos a lo que nos gustaba y hacer de ello un modo de vida. 

Son muchos los principios cooperativos, pero de entre todos ellos nos gustaba eso de “una persona, un voto”, porque de manera muy sencilla recoge la importancia de las aportaciones personales de cada uno a la organización.  

¿Cuáles son los principios cooperativos? 

  • Adhesión voluntaria y abierta. Podríamos decir que lo hemos practicado desde nuestro nacimiento. Somos el resultado de grandes profesionales y personas con las que hemos compartido camino. 
  • Gestión democrática por parte de los socios. Es nuestra organización y nosotros cuidamos de ella de manera responsable. 
  • Participación económica de los socios. Pues sí, trabajamos porque queremos ejercer nuestras profesiones y generar un modo de vida para nosotros. 
  • Autonomía e independencia. Todas nuestras alianzas, colaboraciones, ayudas… son discutidas y consensuadas por los socios. 
  • Educación, formación e información. Seguimos creciendo, aprendiendo y compartiendo conocimientos. 
  • Cooperación entre cooperativas. En este punto, tenemos que admitir que estamos abiertos a las cooperaciones con grupos de personas con la que compartimos intereses e inquietudes y no miramos el carné de identidad. 
  • Interés por la comunidad. Este último punto ha sido uno de nuestros hitos más recientes, la creación y desarrollo de nuestro programa de voluntariado. 

En el 2008, la crisis económica mundial llevó a la quiebra y el cierre de muchísimas empresas en el mundo. Sin embargo, las cooperativas y la economía social en general fueron las que estuvieron más preparadas y mejor resistieron. Las cooperativas han demostrado ser más resistentes a la profundización de la crisis económica y sus efectos sobre el empleo mundial” afirmaba el jefe de servicio de cooperativas de la Organización Internacional del Trabajo. 

En el año 2017 dimos un paso más y quisimos repensar nuestros objetivos, nuestra misión y nuestro fin. Tras una reflexión profunda decidimos acentuar nuestra misión y nuestro carácter como empresa social. Para ello, realizamos la Evaluación de Impacto B y a partir de ahí podríamos decir que emprendimos un nuevo camino. Nos ayudó a encontrar nuestro camino, a definir lo que ya hacíamos pero poder ponerle un nombre y encontrar un hueco dentro de la comunidad y el movimiento B Corp.   

Pero esto no se para aquí… seguimos avanzando con las mismas, o incluso más, ganas y energías que cuando dábamos  nuestros primeros pasos. Convencidos de que ponemos nuestro granito de arena para construir un mundo más sostenible, más justo y con más oportunidades. El contexto actual nos está demostrando que íbamos por mal camino y nos alegra saber qué supimos elegir y que la respuesta adecuada está ahí, que hay salida y que con los modelos salvajes que hasta ahora han imperado no hay futuro, pero estamos a tiempo de darle la vuelta a la situación y construir un mundo mejor es posible.